Democracia impuesta

En esta era moderna la democracia suele ser el tipo de orden político más común en la mayoría de los países, aunque eso no significa que funcione bien del todo es (al parecer) el mejor método de escoger a la persona que tendrá la responsabilidad de regir una localidad, una región e incluso un país por un periodo de tiempo determinado.

Pero el problema radica cuando en vez de escoger a una persona por sus capacidades intelectuales se hace por nimiedades como su presencia, un hecho en concreto de su pasado o peor aun por un partido político.

Esto luce como si fuera impuesto, como si a la hora de votar por ese futuro representante no tuviéramos más elección que la de escoger al menos malo puesto que la lista que larga o corta suele estar llena de personas que lucen poco preparadas o con historial de corrupción que lo precede que por alguna razón a los miembros del partido no les importa o se hacen de la vista gorda puesto que es parte de su “club”, es decir, es tan semejante a ellos que sería difícil distinguirlos.

Sin embargo, esta cantidad de gente que luce más inútil que nada es algo que se repite prácticamente en todos los países del mundo que presentan a la democracia como su modelo político al momento de las elecciones. Luce como un insulto hacia la inteligencia de aquellos que más que una ideología buscan el verdadero bien para el futuro que está por llegar.

Pero aunque luzca todo como una coincidencia, no lo suele ser, nos imponen a quien elegir, de una manera u otra nos bombardean con publicidad en la que el candidato luce como la persona ideal aunque no lo sea, entrevistas con preguntas y respuestas coordinadas para mostrar cierta elocuencia e incluso visitas a las regiones mas pobres con un montón de gente (aduladores por cobrar) en las que cargan a bebes y abrazan a los ancianos eso siempre y cuando exista una cámara cerca.

Cuando llega el momento de “elegir” al final no importa cual escojamos, están delineados por el mismo lápiz y su interés es el de aquellos que se lucraran económicamente al tener a alguien en una posición de poder.

Y ese poder, que tantos buscan y tantos quieren no suele beneficiar a quienes en verdad lo necesitan, aquellos que quieren tener un futuro, los que salen a trabajar todos los días por el futuro de los suyos y su nación, aquellos a quienes les venden una democracia perfumada para que no perciban el hedor de la realidad, personas que saben que el cambio comienza cuando de verdad coloquen gente capaz y preparada para el cargo al cual son elegidos y no a esos seres que están allí oportunistas esperando su “turno para brillar” aunque este sea corto y salgan por la puerta de atrás con los bolsillos llenos.

Esa democracia impuesta, debe terminar, quedar tan obsoleta como la monarquía y el comunismo, permitirle al pueblo elegir al mejor no al que decida alguien más, así la democracia funcionara como debe ser y no tan erráticamente como lo ha hecho hasta ahora.

  

.-Oscar Jesús Martinez

 

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