La delgada línea moral
Hablar de comunismo en los
tiempos actuales requiere de un compromiso bastante particular, pues según algunos
este ya debería estar extinto, pero no es así, aun los hay en algunos países,
pero depende del cristal con que se miren puesto que, aunque sean regímenes represivos
y dictatoriales si benefician a las grandes potencias del mundo entonces, serán
tratados como si fueran el mas benevolente de los gobiernos.
Si, es cuestión de moral, pues si
perjudican de alguna manera a estos que se consideran los “lideres del mundo”,
entonces pasan a ser negativos y son estigmatizados sin piedad por los medios,
los mismos que ocultaban o se hacían de la vista gorda luego sacaran todas las
atrocidades a la luz, es cuestión de conveniencia.
Es de esta manera, como en esta
era de modernidad en donde la información viaja rápidamente y sin pausas
alrededor del globo que de pronto aquello que ocurría pero que se omitía sale a
flote, se convierte en tendencia y aquellos que moralmente estaban callados
ahora salen como héroes sin capa a defender al oprimido; buscando entonces una
excusa para terminarlo y que por ende ese beneficio ya se los de otro.
Se puede usar de ejemplo a aquella
persona que decide dejar a su pareja porque llego a cierta edad y la considera
vieja, así que la cambia por alguien más joven que le pueda dar ese placer
visual que ya no tiene la anterior. Es hipócrita, claro está, pero es de esta
manera como los poderosos manejan al mundo.
Ejemplos como el anterior hay
muchos y más reales como Hitler o Capone siendo considerados el “hombre del año”
por cierta revista prestigiosa, hasta que mostraron su verdadera cara y los medios,
así como los “lideres” decidieron entonces retirar ese apoyo que tenían y
convertirse en sus principales refractarios sin dudarlo. Claro, estos ejemplos quizás
sean muy bruscos, pero existen otros como Gadafi, Hussein o Fujimori que eran considerados
buenos por un grupo y que luego tras la presión del propio oprimido que decidió
armarse de valor para pelear por su bien y toda la maldad salió a la luz que les
toco a los medios y “lideres” comenzar a criticar para “quedar bien” con el
resto del mundo. Es por eso que la delgada línea moral que separa este punto de
vista es tan fina.
No malinterpreten la situación,
estos hombres no eran buenos, tal vez nunca lo fueron, pero cuando existía la
conveniencia la manipulación del mundo era hacerlos ver como grandes. Muchos grandes
demócratas elegidos muestran su verdadera cara al momento en que aquellos que
los eligieron deciden salir a la calle a protestar por una o varias decisiones que
los afectan directamente, entonces mandan a los grupos armados (ejército, policía,
entre otros) a sofocar por medios represivos a aquellos que exigen lo mejor
para sus derechos.
Pues todo demócrata, al parecer tiene
un comunista dentro de su ser esperando salir, solo necesita de la excusa
correcta para mostrarlo. Y cuando lo hacen es el momento de observar de forma
objetiva la opinión de los llamados “lideres del mundo” quienes si les conviene
apoyaran esta represión e incluso culparan a alguien más por la misma, porque
es más fácil. Pero si la presión es demasiado obvia entonces recriminaran con
todo el peso para quedar bien, como falsos héroes, a conveniencia.
Si tan solo miramos de manera objetiva
antes emitir cualquier opinión tal vez, esa opinión no nos haga quedar en ridículo
y notemos que la conveniencia del mundo por obtener algún beneficio es evidente,
todos los gobiernos, son buenos y son malos, pero depende de a quien se le pregunte y la
conveniencia que tenga esté a la hora de juzgar; esa es línea moral que no toca
contemplar tan delgada y flexible que en ocasiones se nos hace imposible distinguir.
.-Oscar Jesús Martinez
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