El tiempo.

El tiempo, solemos hablar de él como algo común, nos planificamos la vida en base a su duración, y aunque solemos desperdiciarlo casi siempre en cosas o situaciones que podrían considerarse inútiles o poco productivas parece no importarnos, o por lo menos así parece para la gran mayoría; otros lo invierten, cada segundo en hacer algo que les genere una ganancia o una satisfacción, eso está bien, porque, aunque solamos negarlo todos tenemos el tiempo contado.

Al nacer o incluso desde el momento de ser concebidos todo se basa en el tiempo, ¿cuándo naceremos?, ¿Cuándo caminaremos?, ¿Cuándo diremos nuestras primeras palabras?, ¿Cuándo iremos a la escuela?, ¿Cuándo?, ¿Cuándo?, ¿Cuándo? En eso se convierte nuestra vida, en una serie de planificaciones hacia un futuro que aun a pesar de ser incierto nos damos el lujo de inventarlo.

Pero el tiempo esta contado, para todos, tenemos un cronometro marcando de manera regresiva el tiempo que nos queda antes de expirar en este mundo, tiempo que no sabemos cuando terminará, algunos logran vidas longevas y pueden observar los cambios que ocurren a su alrededor y pueden comparar cada una de las épocas mientras que para aquellos más jóvenes solo será un repaso por la historia; otros, no tan afortunados apenas y tienen un breve suspiro dentro de los linde de este planeta, dejando una huella efímera y que nos hace reflexionar sobre aquellas pequeñas cosas que hay en nuestras vidas a sabiendas que no seremos eternos en el paso por este mundo.

 

La decisión de que se puede considerar importante y que no, es personal y subjetiva, no se debe juzgar para no ser juzgado, solo vivir cada segundo y esperar que el resultado sea el deseado, siempre y cuando no se dedique ese tiempo en acabar con el de los demás, entonces todo estará bien.

El tiempo no se detiene, marcha sin prisas, y aunque tal vez alguna veces hagamos cosas con él que parezcan inútiles o poco productivas lo importante es saber que en un pequeño instante, fugaz y sublime podríamos lograr alcanzar ese motivo, esa razón por la cual estamos aquí y dejar esa pequeña huella que marcará a las futuras generaciones, pues no todos tendrán el privilegio como Aquiles lo deseaba de ser recordados por siempre en los anales de la humanidad, pero si esa huella por muy breve que sea funciona para cambiar algo o alguien entonces nuestra deuda (si es que existe) con el tiempo estará saldada.

.-Oscar Jesús Martinez.

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