La fuerza del trabajo
Desde
tiempos antiguos el hombre ha trabajado, ya sea cosechando o cazando aquello
que necesitaba para comer o más reciente en alguna actividad con la cual reciba
el dinero necesario para comprar aquello que necesita para subsistir. Si, el
trabajo siempre ha estado allí, y sin importar que actividad se realice
(siempre y cuando no dañe a nadie), siempre queda la satisfacción de todo lo
que compras los estas obteniendo como recompensa por tu trabajo. Esa es la
clave, la recompensa, si tan solo todos los seres humanos entendieran que para
poder alcanzar esta satisfacción no hacen falta lujos banales y sin sentido,
cosas que según la sociedad moderna son necesarias, aunque en realidad son
verdaderamente inútiles y nos las venden con mucha publicidad como si fuera
algo con lo cual no podríamos existir.
Pero
nos mienten con la publicidad incontrolable y peor aún nosotros nos mentimos al
comprarlos, para luego colocarlos en algún lugar remoto para que se olvide,
envejezca y por falta de uso, se dañe. Tal vez nos faciliten algunas cosas,
pero no son notoriamente útiles, solo están allí para hacernos gastar nuestro
dinero en cosas tan superficiales como tontas, pero es difícil evitarlo, la
sociedad moderna ya se acostumbró a que mientras más tiempo se tenga para el
ocio y limitar lo más posible nuestras facultades físicas o mentales, se vive
mejor; pero obvio están errados.
No
creo que todos deberíamos sembrar y cosechar, salir de cacería, ordeñar
nuestras propias vacas o tomar los huevos de nuestras gallinas, pues eso es
trabajo de tiempo completo, requiere de espacio y un gasto que muchos no pueden
darse el lujo de costear. Pero si podemos dejar a un lado que la vida sin algún
electrodoméstico de moda o el teléfono inteligente del momento nos harán la
vida más sencilla, aun sabiendo que en pocos días ya esos aparatos quedaran
obsoletos por la presencia de uno más nuevo y moderno, que tal vez tenga la
misma función pero nuevamente la publicidad nos hace creer que lo que tenemos
ya no sirve, y lo cambiamos, gastamos el fruto del trabajo en algo que ya
teníamos solo porque si, solo porque un comercial de televisión o un artista de
moda lo diga.
Leer
un libro sintiendo el papel entre los dedos, pelar una papa solo con un
cuchillo, colgar un cuadro simplemente con un clavo y un martillo, regar las
plantas, son solo algunas cosas por las que algunos (que ya se han hecho
muchos), pagarían para que alguien más lo hiciera, cosas triviales y
misceláneas, simples y comunes, que podrían darnos un poco de satisfacción, muy
diferente de ver como el mundo lo hace por nosotros mientras nosotros no
hacemos nada por el mundo, esa es en parte la fuerza del trabajo que no hacemos
y deberíamos estar haciendo para dejar algo a las generaciones que vengan que
en verdad valga la pena.
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